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Sara Pérez-Seijo: «El periodismo inmersivo puede distorsionar la realidad»

ENTREVISTA | Entendemos el periodismo como “la captación y tratamiento escrito, oral, visual o gráfico de información en cualquiera de sus formas y variedades” (RAE). El término inmersión es «la acción de introducir o introducirse plenamente alguien en un ambiente determinado» (RAE). Así, el periodismo inmersivo es aquel que introduce al espectador dentro de la noticia, otorgándoles la oportunidad de elegir e incluso escoger a los datos prioritarios para él.

Para conocer más sobre esta nueva técnica narrativa, hemos entrevistado a Sara Pérez-Seijo, especialista en periodismo inmersivo y profesora en la Universidad de Santiago de Compostela.

El periodismo inmersivo en la actualidad

La técnica del periodismo inmersivo se puede entender de múltiples maneras. En primer lugar, se puede asociar con las tecnologías más irruptivas del mercado como serían la realidad virtual y los vídeos en 360 grados. De este modo, esta técnica narrativa es una forma de presentar la realidad noticiosa a través del uso de estas tecnologías. Así, la realidad virtual y los vídeos 360 grados permiten al usuario estar presente en la realidad y conocerla en primera persona como si realmente estuviera presente. Sin embargo, aquí surge una paradoja ya que el dispositivo que el usuario utiliza para el consumo es responsable de que se haga o no una mayor inmersión.

Ventajas

El periodismo inmersivo tiene numerosas ventajas. Pérez-Seijo las agrupa en cuatro. En primer lugar, esta técnica tiene un formato con unas características propias que permiten aproximar mucho más la realidad al usuario que otros tipos de periodismo.

Además, este tipo de periodismo posibilita al usuario ponerse en la piel de los demás ya que permite adoptar la visión del protagonista de un relato. En el siguiente vídeo, The Guardian realizó un trabajo en el que el espectador puede adoptar el punto de vista de una joven con espectro autista para conocer su realidad desde su propia perspectiva.

The Party: una experiencia virtual sobre el autismo. Fuente: The Guardian

En tercer lugar, la técnica inmersiva hace posible el conocimiento de lugares de difícil acceso o que, de otro modo, no se podrían conocer, sobre todo, gracias a las recreaciones con realidad virtual.

Por último, este tipo de periodismo permite al usuario conocer las dimensiones o las escalas de una realidad. Es decir, si un usuario está sumergido en una escena y lo está visionando en primera persona, fácilmente podrá percibir las distancias o las magnitudes reales de los edificios. Esta visión es muy diferente a la que una persona puede obtener solo a través de una fotografía, ya que en muchas ocasiones pueden distorsionar las distancias e incluso los propios tamaños.

Inconvenientes

En relación a los inconveniente que presenta el periodismo inmersivo, Pérez-Feijo afirma que «tiene unos cuantos pero depende del enfoque».

Asimismo, esta técnica narrativa tiene otro tipo de inconvenientes como son los debates éticos que generan esta forma de producir contenido. Esta manera de concebir el periodismo se presentó como una ventana mucho más transparente y objetiva de la realidad, pero no es verdad. Esto es debido a que cualquier representación de la realidad, como su nombre indica es una representación, no la realidad en sí misma. De este modo, Pérez-Seijo afirma que: «Es imposible ofrecer al usuario un relato completamente objetivo y transparente».

Además, la propia visión en 360 grados tiene un condicionante muy grande. Con esta herramienta, el usuario tiene todo el control del relato, es decir, él puede elegir en cada momento hacia dónde ver y qué ver. En relación a esto surge un inconveniente: si el usuario está viendo un relato en el que es necesario que se contemplen todos los componentes del mismo, puede ser que con al visionario en vídeo 360 se pierda parte del relato. De esta forma, el usuario obtiene «una visión más fragmentada y menos precisa de lo que es realmente la historia final y es muy probable que pierda aspectos importantes de la misma e incluso que no la llegue a comprender del todo o acabe con una visión equivocada de lo ocurrido».

Alteración de la realidad

En algunos casos específicos, «el periodismo inmersivo puede hacer que la realidad se distorsione», así lo afirma Pérez-Seijo.

Para solucionar esta paradoja de la técnica inmersiva existen varias prácticas para guiar la atención del espectador. Por ejemplo, hay que optar por los mecanismos propios del vídeo convencional, que contradicen las particularidades del vídeo 360 grados. De esta manera, se pretende que el usuario sea guiado dentro de la escena y no se pierda nada de la realidad que está contemplando.

Teniendo en cuenta lo anterior, hay que preguntarse, ¿para qué hacemos un vídeo 360? Así, Pérez-Feijo afirma que: «No tiene sentido». De esta manera, «el problema que tiene la técnica inmersiva es que tiene que romper con todas las convenciones que teníamos con el vídeo convencional y tenemos que adaptarnos a las particularidades que exigen tanto el formato como la narrativa inmersiva. Es decir, hay que trabajar en términos de inmersividad y espacialidad».

Por supuesto, en el periodismo inmersivo es el usuario quien tiene todo el control y puede hacer lo que desee en cualquier momento, pudiendo perderse partes de un relato y obteniendo una alteración de la realidad. Sin embargo, el periodista tiene que ayudar a que el espectador no se pierda nada importante y lo tiene que intentar solventar con todos los recursos disponibles. No obstante, Pérez-Seijo expresa que «aún queda mucho por aprender en materia de narrativa inmersiva».

Queda mucho que aprender en materia de narrativa inmersiva.

El futuro del periodismo inmersivo

De cara a los próximos años, el periodismo inmersivo tiene que avanzar y explorar nuevos campos de investigación. En la actualidad, los medios de comunicación han abandonado la producción este formato y han empezado a implementar la realidad aumentada, que es es una experiencia interactiva que fusiona el mundo real con contenido creado por ordenadores. Sin embargo, Pérez-Seijo no la considera una tecnología plenamente inmersiva.

Pérez-Seijo afirma que: «Hay que empezar a explorar son las gafas de realidad extendida, que están a medio camino entre la realidad virtual y la realidad aumentada. De momento, los medios de comunicación lo tienen abandonado pero supongo que próximamente aumentará, sobre todo, con la emergencia del metaverso, que habrá que ver si los medios de comunicación tienen interés y si deciden producir contenidos inmersivos sean en realidad aumentada, virtual, vídeo 360 u otro formato que todavía no conocemos». Así, habrá que esperar a ver cómo se desarrolla la narrativa inmersiva en los próximos años.

Acerca del autor

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Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos. Actualmente, estoy cursando el Máster de Periodismo Digital y Nuevos Perfiles Profesionales con el objetivo de aprender todas las competencias de este periodismo del siglo XXI.

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