Ciberdemocracia Interactividad

Joan M. Oleaque: «El periodismo no puede ser solo un reflejo de las vergüenzas de la sociedad»

ENTREVISTA│Cuando se trata del pueblo gitano y de las problemáticas a las que se enfrenta, raramente se habla de racismo. Sin embargo, este es sujeto de una profunda estigmatización por parte del resto de la sociedad y se encuentra en riesgo de exclusión. En este sentido, los medios de comunicación de referencia en nuestro país han sostenido históricamente un trato informativo estereotipado y sesgado sobre el colectivo gitano, que ha contribuido a alimentar la percepción generalizada que se tiene de este como problemático, retrógrado y menos civilizado.

Con la irrupción de internet y las nuevas tecnologías, la situación no ha mejorado como cabría esperar. Las oportunidades que las nuevas plataformas de los medios digitales han dado a la ciudadanía para poder expresarse sin ningún tipo de filtro, unidas a fenómenos como el de las cámaras de eco y las burbujas informativas, han provocado que el discurso antigitano haya recobrado fuerza en los últimos años.

Joan M. Oleaque Moreno forma parte del equipo organizador de Voces Gitanas y es miembro del Consejo Académico de Cultura Gitana. Es doctor en Comunicación y autor de una tesis sobre la estereotipación de esta etnia en los medios de comunicación de referencia. Ha denunciado en numerosas ocasiones el maltrato y el abandono mediático al que el pueblo gitano se ve sometido. A su parecer, esta dejación en sus funciones constituye el incumplimiento de uno de los roles fundamentales que el periodismo cumple en nuestra sociedad, el de hacerla avanzar. Queriendo o sin quererlo, contribuyen a condenar al ostracismo y la exclusión a todo un pueblo.

La representación de «los otros»

PREGUNTA: Usted es autor de una tesis en la que se analiza la representación del pueblo gitano en algunos de los medios de comunicación de referencia de nuestro país. ¿Podría resumir en términos generales las conclusiones a las que le llevo su investigación?

RESPUESTA: Las conclusiones no son muy buenas, pero son las que son. Hay una paulatina sustitución en el protagonismo de los artículos de los gitanos españoles por los gitanos inmigrantes y se empiezan a utilizar estereotipos muy ancestrales, muy antiguos e incluso históricos que tienen que ver con los gitanos a este contexto nuevo. Hay diferencia entre los medios, es decir, estoy hablándote en términos muy generales […] Los más progresistas tienen un acercamiento digamos “más avanzado”. Los más conservadores dan más valor a la parte artística, pero cuando tratan temáticas sociales suele ser de forma muy estereotipada.

P: ¿Podría hacer una descripción breve de los estereotipos a través de los cuales son representados los gitanos en nuestros medios de comunicación a día de hoy?

R: Antiguos estereotipos que a nivel de calle se tienen sobre los gitanos son los que mediáticamente se van aplicando en contextos diferentes. La gente lo que tiene en la mente es que los gitanos son españoles, pero más bajos que el resto. Y no solo eso, sino que son más bajos por elección. Además, se les representa con algunos de los trazos que hasta hace veinte, treinta o cuarenta años eran propios de una España antigua, machista, carcamal, que se ha trasladado a lo que se piensa de los gitanos. Entre otras cosas, porque lo que se entiende como “gitano” es solo un estilo de gitano, muchas veces ligado a la exclusión.

«La gente lo que tiene en la mente es que los gitanos son españoles, pero más bajos que el resto. Y no solo eso, sino que son más bajos por elección.«

Se les sitúa siempre en una situación de truculencia informativa, de tal manera que siempre terminan envueltos en problemas, o bien provocándolos o bien sufriéndolos. Con lo cual, esa es la representación que queda: la de un grupo siempre envuelto en problemática social. Esto, a parte de ser reduccionista, incumple en parte los códigos deontológicos de esos medios.

P: Hay un término que utiliza en la descripción de su tesis: “voces al margen”, en el que incluye al colectivo gitano. A parte de que los gitanos sean representados de una forma estigmatizante en los medios, ¿se les aparta de este altavoz directamente?

R: Lo habitual es que su punto de vista no aparezca, y cuando aparece de nuevo de forma muy estereotipada. En forma de “la voz de los otros”, como algo apartado que no forma parte de “nosotros”, que sería el punto de vista de la sociedad mayoritaria.

Impacto en la convivencia democrática

P: Precisamente al hilo de esto, teniendo en cuenta el papel de los medios de comunicación tienen en nuestra sociedad, que es de gran relevancia. Esa falta de rigor informativo y esa representación anacrónica de los gitanos, ¿qué impacto puede tener en la convivencia democrática?

R: Yo pienso que puede tener mucho. Lo que sucede es que, si la representación de los gitanos es siempre mala, al final la percepción social es la de un colectivo que sí o sí es así. […] Al aparecer solo en ese ámbito, lo que la gente piensa es que solo tienen ese papel social, solo son capaces de eso y son carne de cañón en este sentido. Esta imagen deteriora la convivencia y, de hecho, fomenta que no haya convivencia, por las dos partes.

P: Por tanto, ¿usted diría que el propio sistema democrático se está viendo perjudicado?

R: Lo que se está perdiendo es una de las funciones del periodismo, que es hacer avanzar a la sociedad. El periodismo no puede ser solo un reflejo de las vergüenzas de la sociedad, tiene una obligación social. Los grandes medios, y especialmente desde la transición, se crearon asumiendo eso. No puede haber un colectivo en el que, solo por ser de ese colectivo, se tengan miles de papeletas de terminar en la exclusión. No puede ser en una sociedad avanzada.

Joan M. Oleaque sobre el racismo en los medios de comunicación

Internet: una vía para cambiar las cosas

P: En un artículo suyo afirmaba que las cosas no habían mejorado con internet, sino que habían empeorado porque aparecieron foros digitales y blogs en los que la gente tiraba todo lo que no se atrevían a publicar los medios. Con la digitalización, ¿cómo fue el cambio de sentido en el discurso que tenían sobre el colectivo gitano los medios de comunicación?

R: Para bien no ha sido, y ha pasado lo que tu acabas de referir que yo dije. Lamentablemente, lo que sucedió en un primer momento es que se le dio voz a los ciudadanos que querían expresar cualquier barbaridad y no había filtro en este sentido. Ahora con las redes sociales ha predominado este punto de vista más salvaje. El reto mayor es la intervención en internet para eliminar páginas que tengan que ver con odio explícito y ayudar a que los foros que tratan diferentes temas no sean un vivero totalmente antigitano como sucede, que es un poco en lo que se han venido convirtiendo. No ha mejorado nada.

«El reto mayor es la intervención en internet para eliminar páginas que tengan que ver con odio explícito y ayudar a que los foros que tratan diferentes temas no se conviertan en un vivero antigitano.«

P: Concretamente, ¿cuál es el papel de internet y de las redes sociales y qué oportunidades ofrecen?

R: Es un papel un poco doble. Por parte de los gitanos sí se utiliza para dar una promoción de ellos mismos más adecuada. Pero, por otra parte y gracias al fenómeno de las cámaras de eco, que es propio de internet y quiere decir que en internet la propagación de la información solo se hace entre gente que piensa lo mismo, realmente se refuerza el discurso antigitano mucho. Porque no hay inferencia ahí, no se puede intervenir y es una especie de redundancia donde solo habla la gente que piensa en esto.

P: ¿El activismo gitano sería ciberdemocrático? ¿Constituye una oportunidad para los gitanos de integrarse o ser integrados un poco mejor en la sociedad?

R: Sí, debería serlo y la percepción de cara al futuro es que sí que suceda. Cada vez más muchas situaciones que tienen que ver con causas progitanas se desarrollan a través de internet. También internet ha ayudado mucho a paliar puntos de vista contrarios. Por ejemplo, cuando la RAE mantuvo que la palabra «trapacero» era sinónimo de gitano cuando un trapacero es un mentiroso, embustero y maleante, las reivindicaciones a través de internet por pprte de gitanos y no gitanos ayudo mucho a que esto se reflexionara. A través de change.org y plataformas de este tipo se aplacan causas abiertamente antigitanas. Queda lejos aun un uso efectivo de internet como se ha visto en la Primavera Árabe y situaciones de este tipo, donde sí ha sido realmente eficaz, pero si van a cambiar las cosas va a ser por aquí, siempre que se consiga controlar el discurso del odio.

Campaña contra la estigmatización del pueblo gitano «Yo no soy trapacero»

Acerca del autor

+ posts

Related posts

Eduardo Vega: el algoritmo de la política con la tecnología

Lucia Bordallo Iria

¿Cómo afectará la ocultación de los ‘likes’ en Instagram a la empresa periodística?

¿Qué es el algoritmo de las redes sociales?

Leave a Comment