Hacia el siglo XXII Inteligencia Artificial Personalización

¿Hasta que punto puede la Inteligencia Artificial influir en la opinión pública?

Dibujo simbólico de la Inteligencia Artificial y la mente humana

OPINIÓN | La Inteligencia Artificial esta en la boca de todos desde el lanzamiento de la plataforma ChatGPT. Sin embargo, como cualquier tecnología se puede convertir en un arma de doble filo. En un futuro seguramente no muy lejano, estos sistemas se convertirán en asistentes constantes y capaces de ayudarnos a desarrollar nuestras actividades en nuestra vida cotidiana. Las ideologías tanto políticas como las causas sociales se verán influenciadas por estas inteligencias robóticas. Por eso es importante saber hasta donde puede llegar la influencia de la Inteligencia Artificial en la opinión pública.

«Esta nueva tecnología tiene el poder de alterar el equilibrio político entre las naciones, transformar la economía y el mercado laboral, automatizando ciertos trabajos y manipular en la opinión pública programando contenido persuasivo al presentar información selectiva». Este es un texto automatizado escrito por ChatGPT, el hecho de que el propio sistema aclare lo que puede hacer es bastante preocupante. Aun así, los bots no son capaces, o por lo menos en su totalidad de llegar a influir en la opinión pública. La mayor consecuencia, tanto preocupante por los trabajadores del cuarto poder como a la sociedad en sí, es que los bots usaran estas herramientas para generar desinformación. Podemos llegar a un futuro en donde las personas no sabremos que es lo que es realmente verdadero.

La generación del clic

«Si ChatGPT lleva a una persona a creer que es inteligente cuando no lo es, ese es el peligro» así lo comentaba Gary Marcus, experto en Inteligencia Artificial, en una entrevista de El Confidencial. Las fake news, nombre que empezó a destacar en las elecciones de 2016, justo antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Miles de personas compartían en la plataforma azul que Hillary Clinton pertenecía a una red de pedofilia provenientes del sótano de una pizzería de Washington. Este caso realzó los votos en la campaña a favor de Donald Trump, expresidente de Estados Unidos. Lo que se descubrió más adelante es que los bots automatizaron este proceso. Permitieron lanzar este tema a una red más amplia como Twitter la cual ya comienza a funcionar con un algoritmo que se encuentra impulsado por la IA.

Esto sumado a los cambios de consumo, nos hace pensar que no sería del todo extraño que la IA pueda influenciarnos de manera indirecta. Estas nuevas tecnologías destacan el uso de algoritmos en el que pueden posicionar noticias que nos interesen más a otras, dejando a estas sin visibilidad.

Holger Billhardt, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Rey Juan Carlos, aclara la forma en la que la IA podría llegar a manipular la información que consumimos «la IA puede llegar a manipular tanto de forma negativa, con la difusión de fake news, como con una intención positiva pero que termina siendo también negativa, es decir, con la recomendación de contenido de informaciones por otras».

Las nuevas herramientas de la IA

Este revés tecnológico se ve cada vez más agitado con problemas que podría llegar a influenciar en la opinión pública. Un ejemplo sería el nuevo método de los deepfakes, vídeos de personas cuyos rostros o cuerpos se alteran para que parezca ser otra persona. Perfectamente podríamos ver en un futuro al Obama ‘robótico‘ contándonos cualquier discurso sensacionalista. Esta tecnología los hace tan bien que ahora son muy difíciles de detectar.

Aun así cuanto más inteligente se vuelve la IA a la hora de propagar mentiras en las redes, y cuanto más se extiende su uso por parte de políticos imprudentes, más peligrosa llega a volverse la Inteligencia artificial. Cuando consigan demostrar que un contenido viral sea totalmente falso, quizás sea demasiado tarde.

Lleguemos a pensar por un momento hasta que punto puede esta herramienta influenciar con el objetivo de avivar llamas sectarias. De hecho es algo que ya ha pasado, Si la IA consiguió ayudar a varios ‘hackers’ rusos a crear un video deepfake en la que el presidente ucraniano Zelenski aparece en un discurso rindiéndose, es difícil imaginarse que pasaría con una evolución mas definida de esta tecnología. Esto podría desbordarse antes de que la gente compruebe si un vídeo es real, si es que claro, lleguen a confiar en alguien que pueda verificarlo de forma independiente.

Fuente – Inside Edition

Siguiendo con alguna de las cuestiones que nos plantea nuestro querido ChatGPT sobre el futuro de esta tecnología es que la IA podría llegar a perturbar una nación realizando acciones políticas que los bots hagan en vez de humanos. Es decir, «la toma de decisiones políticas automatizada podría llegar a dar lugar a resultados tanto controversiales como abusos de poder», explica el bot.

De hecho, en China, Estado autoritario que sueña con convertirse en la primera potencia en dominar la IA, ya esta utilizando robots automáticos para resolver casos y participar en la toma de decisiones. Una vez que estos ‘jueces robots’ se encuentren sincronizados con el infame sistema de crédito social orwelliano, no sería del todo extraño que fallaran en casos de personas que se encuentran en esta «lista negra».

Entonces, ¿que podrían hacer los estados democráticos al respecto, si es que llegasen a poder, antes de que esta tecnología lo llegue a arruinar todo? El bot podría tener la respuesta.

La solución a esta nueva distopía

«Los gobiernos pueden proteger la sociedad frente a la Inteligencia artificial garantizando que se utiliza de forma responsable así como la regulación de su uso». Aclara el ChatGPT. «‘Esto podría incluir una serie de regulaciones promoviendo su transparencia ética ,y garantizar que la IA no se utilice para manipular o influir en la opinión pública o cualquier acto que pudiese afectar a la vida de las personas».

Aclarado esto, nos surge otra duda ¿quién y cómo debería ser regulado? A esto nos responde el profesor Holger Billhardt:

Y es que ciertamente, un grupo de expertos en Inteligencia Artificial pidieron una pausa de seis meses en la investigación de esta tecnología. Argumentaron que se podría tratar de una potencial amenaza para la humanidad. Esta declaración fue firmada por más de 1.000 expertos en el campo tecnológico, incluyendo a figuras como Elon Musk, y el cofundador de Apple.

Además, la ONU también ha estado trabajando en la Convención de Ginebra digital, en la que establecerían normas mundiales para gobernar el ciberespacio, pero estas conversaciones se han visto una vez más encharcadas por, ( ¡sorpresa!), Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, ya había asegurado que «quien domine la IA dominará al mundo».

«También hay que garantizar que la IA sea transparente y responsable» aclara el bot, «‘y que su uso sea supervisado y evaluado». Por último hay que garantizar que la IA se utilice para beneficiar a la sociedad en lugar de perjudicarla».

La IA también plantea una cuestión justa: La Inteligencia artificial puede actuar como un bien para la humanidad. Un ejemplo es la forma en la que se han realizado herramientas con esta tecnología para combatir las noticias falsas. Es decir, Los bots combaten contra otros bots.

La Inteligencia Artificial está para quedarse

Las nuevas invenciones del ser humano traen consigo tanto causas como consecuencias, estas nuevas tecnologías han de usarse con la mayor precaución posible. Es por eso que en un futuro la Inteligencia Artificial podría influir en la opinión pública. Realmente no será la culpa de las tecnologías en sí, luego la forma en la que se usa dependerá de muchos factores. El problema radica en que la IA ya no es un sistema al que el programador le da un objetivo y este lo cumple, si no que este se encarga de decidir que herramientas usara para alcanzar ese objetivo. Si esas herramientas no nos gustan a nosotros pero el sistema lo ve la mejor forma de alcanzar ese objetivo, lo hará de todas maneras.

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