OPINIÓN | Parafraseando al pensador francés Jean Baudrillard, autor de “La Guerra del Golfo no ha tenido lugar”, es posible recuperar la esencia del pensamiento posmoderno y el concepto de “simulacro de realidad”. Es decir, vivimos una “realidad virtual” a través de los medios de comunicación. Es así como nos formamos una idea del mundo basada, esencialmente, en una experiencia importada de estos. ¿Entonces, podemos preguntarnos esto mismo acerca de la invasión de Ucrania?
“La primera guerra retransmitida por televisión”, la Guerra del Golfo, fue un despliegue aplastante de la maquinaria bélica y mediática estadounidense. Tras la derrota en Vietnam, el gigante americano comprendió que el fuego y el metal no ganarían el favor de la opinión pública. Por lo que el conflicto en Oriente Medio supondría un nuevo paradigma en el “arte de la guerra”.
La historia es cíclica y los acontecimientos pasados nos permiten entender el presente. Las cuestiones que Baudrillard se planteó acerca de la naturaleza de la guerra (como si la desproporcionada superioridad americana permitía emplear el término guerra, igualando ambos países), pueden aplicarse al actual conflicto ucraniano. La experiencia que tenemos de la guerra es a través de unos medios que desmontan plano a plano la realidad para reconstruirla nuestros televisores. ¿Esto nos hace vivir una simulación de la realidad?
Sí, la guerra de Ucrania está teniendo realmente lugar
Esto no implica que no haya una respuesta a tal pregunta. Sí, la guerra de Ucrania está teniendo realmente lugar, puede responder cualquier persona que se mantenga, con el menor esfuerzo, al tanto de la actualidad. Las imágenes e información que llega por infinidad de canales de los devastadores combates en territorio ucraniano dejan buena cuenta de ello.
Sin embargo, ante estas mismas imágenes, el ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigú, hablará de una “operación militar especial” con el objetivo de defender a Rusia de agresiones extranjeras.
Esto demuestra que, remitiéndose a un mismo hecho, a una misma realidad, surgen infinidad de interpretaciones, enmarcadas todas ellas en sus respectivos relatos. Cada una de estas posibles posturas no son únicamente la lectura de unos hechos bajo marco de pensamiento, estas son, a la vez, institucionales y deliberadas.
Las democracias, las dictaduras, los gobiernos, las empresas, las organizaciones, los ciudadanos… Con una u otra intencionalidad todo el mundo desinforma, por eso es importante la verificación.”
María José Pérez, profesora de Relaciones Internacionales de la UCM. Fuente: Entrevista propia
Por lo tanto, el periodismo es una herramienta que en tiempos de guerra es afilada para transformarse en un arma: la propaganda. Así, el interés por imponer el relato propio frente al enemigo trae consigo, de manera casi inevitable, el maltrato de la información. Ante la tergiversación de los hechos en favor del relato bélico y en defensa del derecho de la ciudadanía a la información, la verificación de datos tiene un papel esencial.
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En este contexto, Maria José Pérez, profesora de Relaciones Internacionales de la UCM, destaca el valor de la independencia de los medios ya que “sirve para evitar los bulos a gran escala, (…) es una garantía de periodismo de calidad”. Un claro ejemplo de este servicio es BellingCat, una organización dedicada a la verificación a través de fuentes abiertas, es decir, fuentes de acceso público como las redes sociales.
Este caso visibiliza la extensión del uso de internet y el consecuente aumento de contenido que trae consigo una nueva forma de informarse y hacer periodismo. De tal manera, otro frente se abre en la guerra por el control de los medios y del relato, en el que el papel de los ciudadanos no sólo se limita al consumo.

“Es mucho más fiable la información que se puede obtener a través de imágenes por satélite o la verificación con diferentes herramientas, que lo que te puede decir un confidente. Ya que esta es una información que el periodista obtiene pero que no puede verificar. Entonces, siempre es mucho más útil tener acceso a esa información a través de unas fuentes abiertas.”
María José Pérez.
El deber del periodismo
Son estas múltiples funciones que desempeña la ciudadanía como receptores y emisores de información las que abren una nueva era en el periodismo. Una buena muestra de esta forma de hacer periodismo de investigación es el reportaje acerca del asesinato de Lucas Villa. El líder estudiantil falleció tiroteado en las calles de Pereira durante el Paro Nacional de Colombia de 2021.
La investigación realizada conjuntamente por 070, BellingCat, Forensic Architecture y Baudó Agencia Pública, desvela que el activista era vigilado por dos motoristas desconocidos que finalmente acabarían con su vida. A esto se le suma una actuación policial rodeada de negligencias y alteración de las pruebas forenses.
Mediante las redes sociales es posible establecer un seguimiento de las protestas y recrear el escenario del asesinato. La verificación de las imágenes es esencial para esclarecer las incógnitas entorno a un crimen premeditadamente estudiado y opaco. Esto es posible gracias a la grabación simultánea de diferentes vídeos por parte de los manifestantes y las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona.
Sumándose el estudio de la geolocalización de Lucas Villa y el peritaje de su autopsia es posible determinar con exactitud cómo sucedieron las últimas horas de vida del colombiano. Con mayor precisión, el momento de su muerte es recreado a base de animación 3D.
Los deberes que el periodismo debe cumplir están cambiando, y nunca antes existió una variedad tan amplia de herramientas. El mundo cambia y es necesario adaptarse a los nuevos tiempos. El fin de la historia no llegó tras la Guerra Fría como anunciaba Fukuyama, y el conflicto se mantiene como una constante en nuestro día a día.
Si bien no es factible la objetividad de la que tantos medios alardean, es posible tratar la información y armar nuestros discursos sin alterar los hechos, lo que hace de la verificación un deber en nuestra labor informativa.
Acerca del autor
Graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Entusiasta de la geopolítica e historia. Mi principal interés es el periodismo comprometido socialmente.