ENTREVISTA | Una de las mayores preocupaciones que ha generado la era digital es la difusión de la desinformación. La circulación de bulos, noticias falsas y conspiraciones implican riesgos obvios para el bienestar social. Para luchar contra ella, la curación de contenidos parece ser una herramienta ideal: ya no sólo por su vínculo directo con la búsqueda de calidad y aportación de valor, sino también y sobre todo por la importancia que da a las fuentes y su identificación.
Para conocer más el trabajo de un curador de contenidos y su manera de hacer frente a la desinformación, hemos entrevistado a Javier Guallar.

Además de ser profesor y secretario en la Facultad de Información y Medios Audiovisuales de la UB, cuenta con una extendida experiencia en el campo de la investigación. En concreto, en el ámbito del periodismo digital: curación de contenidos, documentación periodística, publicación científica, social media, etc.
Ha escrito y participado en varios libros, todos enfocados al uso del contenido digital (Prensa digital y bibliotecas, 2010; El content curator, 2013; Calidad en sitios web, 2016), al igual que informa sobre ello en sus redes sociales, la revista EPI y a través de la newsletter Content Curators.
Ante tal nivel de experiencia en este ámbito, hemos aprovechado para conocer su punto de vista sobre la curación de contenidos, su lucha contra la desinformación y su espacio digital ideal para ello. Finalmente, hemos podido escuchar sus reflexiones sobre la aparición de una nueva tecnología de Inteligencia Artificial, que hace pocos días se inauguró en uso público: el Chat GPT. Esta es una IA capaz de informar del tema que se le pregunte, elaborando incluso redacciones naturales y con sentido, por lo que parece ser una posible competencia para los curadores de contenidos frente al reto de la desinformación.
La curación de contenidos vs. la desinformación
P: Para empezar, quería saber cómo definirías el trabajo de un curador de contenidos. He visto que, junto a Javier Leiva-Aguilera, habéis dedicado a ello un libro, El Content Curator, y el blog Los Content Curators.
R:

P: En lo referente al reto contra la desinformación en internet, en una reciente conferencia apuntabas que la curación tiene dos estrategias: la selección de contenidos que aporten valor y el soporte de verificación contra bulos y noticias falsas. ¿Podrías explicarme más sobre ello?
R: Esto que mencionas es una distinción reciente, en la que estoy ahora mismo trabajando con un investigador de la UOC Alex López-Burrull, quién también ha hecho cosas sobre curación de contenido científico. Estamos preparando un paper justamente sobre esto: las dos estrategias, cómo combinarlas y qué es mejor o peor.
En principio son dos estrategias válidas. Nosotros las presentamos a nivel de observación, de lo que está pasando ahora mismo, no es que nosotros las inventemos; Viendo lo que está pasando ahora en internet, podemos decir que el empleo de la curación de contenidos, con el enfoque contra la desinformación, adopta esas dos formas.
La primera, la más clásica: seleccionar contenidos de valor sobre un tema y presentarlos. Eso sería lo clásico, lo que se entiende por curación de contenidos de manera ortodoxa, tradicional.
Y también está la segunda manera, concretamente contra la desinformación, y es cuando tú atacas una falsedad, un rumor, una fake news, y para desmentirla o confrontarla buscas argumentos. Por tanto, información digital que ya existe.
En el artículo que queremos publicar hablamos de la expresión de “curar la verdad” y la de “curar la mentira”. Es decir, tanto curar los contenidos válidos como también curar los contenidos falsos son estrategias válidas.
Entonces, dependiendo del contexto profesional de quién hace esa curación, se le dará mejor una u otra.
Los parámetros de calidad y eficiencia de la curación de contenidos
P: En su lucha contra la desinformación, ¿crees que la eficiencia o éxito de la curación de contenidos se mide en base al impacto que genera en la audiencia y su viralización?
R: Es difícil hablar en términos de éxito, sobre todo en una acción de curación contra la desinformación. Evidentemente en los medios digitales se valoran mucho los impactos, las métricas, las audiencias. En ese sentido, eso que tú dices sería un elemento a considerar.
Si un determinado curador llega a miles de personas, es más válido, tiene más impacto que si llega a cientos. Obviamente, si marcas como las que te comentaba [Maldita, Newtral, Verificat, Salud Sin Bulos, VerificaRTVE] y otras en todo el mundo llegan a mucha audiencia, eso es un factor de éxito.
También eso es porque, una de las cosas que se sabe gracias a la investigación, es que por nuestra propia estructura psicológica las personas tendemos a prestar mucha atención a aquello que es llamativo. Y en eso se basan los bulos. En general, las falsedades, se basan en llamar tu atención. Entonces, ante una noticia que puede parecer estrambótica o de entrada vistosa, te fijas en eso, y lo lees o ves el vídeo.
Por ello, contrarrestar esta cuestión es difícil: hay mucha probabilidad de que cualquier ciudadano vea o lea un contenido falso o desinformación. Por tanto, eso que mencionas es un factor muy importante a tener en cuenta: el número de personas que han visto ese documento o esa publicación que está explicando algo dando argumentos válidos, verdaderos.
Esto es un elemento con el que estoy de acuerdo. Pero yo añadiría otro segundo a tener en cuenta.
Las redes sociales: el espacio ideal
P: Por otra parte, me parece interesante que constantemente nombras ejemplos de curaciones en redes sociales como Facebook y Twitter. ¿Crees que las redes sociales son el espacio ideal para la curación de contenido?
R: Sí, totalmente. Yo lo veo en el sentido transversal, ya que se puede hacer curación con contenidos digitales en cualquier contexto. Por ejemplo, en administración pública se hace sistemáticamente: cualquier persona que trabaja en ese ámbito en un cargo medio, recibe al llegar a su puesto de trabajo un resumen de las noticias más interesantes para su sector. Esto sería una curación de contenidos interna.
Cuando hablamos de curación de contenidos pública, que es de la que generalmente se habla, las redes sociales son la plataforma donde hay más curación. También hay en medios digitales y otros entornos, pero actualmente las redes son el canal por el que más nos informamos, por lo que se da mayormente a cabo ahí.
Lo digo con cierto conocimiento de causa académico: en una investigación que hicimos con otros profesores sobre la curación de contenidos, se veía que la mayoría hacían referencia a curaciones en social media. Era lo que más se había trabajado, de lo que más había ejemplos.
Es un espacio ideal porque ya hay mucha curación de contenido en ellas, pero eso no quita que no haya otros canales donde haya. En particular, las newsletters son un ejemplo excelente del uso de la curación.
Si me preguntas si las redes son un canal propicio para la curación: sí, totalmente. Además, estas plataformas son de esos contextos en los que el usuario tiene millones de contenidos posibles. Miles a diario, y ante esto la curación se presta a él y los filtra.
P: Lo que más parece llamar la atención de esto es que las redes sociales a su vez, como comentabas anteriormente, son el canal donde se da más desinformación. ¿Es este también un motivo, puesto que así puede ser más fácil atacar el bulo?
R: Sí, completamente. En el perfil que decíamos antes de la estrategia ‘curar la mentira’, de atacar la desinformación directamente, tiene todo el sentido publicar en redes sociales. Todos los perfiles de verificadores que comentábamos antes le dan mucha importancia a sus canales en Twitter, en Instagram, en Tiktok, etc. Y cada vez más porque es allí donde está la gente, donde se consume la información y la desinformación, y es la manera de llegar a ellos.
La nueva Inteligencia Artificial, el Chat GPT
P: Por otra parte me interesaba saber qué piensas sobre la novedad de la semana, el Chat GPT, ya que puede relacionarse directamente con la curación de contenidos. ¿Qué impacto crees que ha generado y generará?
R: Estamos ahora todos, al menos los que trabajamos con contenido digital, bastante revolucionados con el Chat GPT. Es una nueva inteligencia artificial que ha dado un salto hacia delante en lo que se considera que se había visto hasta ahora, al menos a nivel público, en términos de conversación y presentación de información.
¿Cómo repercute esto en la curación de contenidos? Pues todavía lo estamos estudiando. Seguramente en los próximos meses será un tema de investigación y de debate, y ya muchos lo estamos hablando entre nosotros.
Cosas que veo yo a día de hoy: el Chat GPT realmente no hace curación de contenidos, aunque hay gente que dice que sí. Por ejemplo, Google sí hace curación de contenidos, aunque algorítmica: te ofrece una lista de resultados con enlaces a sus fuentes. El chat GPT no te ofrece eso. Tiene una base de datos, trabaja sobre ella y te hace un redactado que, en muchos casos, da el pego, y puede incluso ser mejor que el de muchas personas. Es una IA entrenada para la redacción de contenido, de texto, pero para cosas genéricas.
Estos días lo he estado probando, con curación de contenidos precisamente. Si tú le dices al chat que te explique de manera fácil qué es la curación de contenido, te hace una redacción perfecta. La podrías utilizar hasta para un trabajo académico como fuente de datos.
En cambio, si le pides por cosas concretas como por ejemplo por un método concreto de la curación de contenidos, no te sabe responder. Como no tiene esa información en su base de datos, hace algo peor aún que simplemente no contestar: se lo inventa. Te da una redacción que parece lógica, pero si sabes de ese tema ves que no es correcta. Por esto, está muy lejos de ser útil para la lucha contra la desinformación.
Una fuente más para el curador de contenidos
P: ¿Qué impacto crees que puede tener en este ámbito específico, en la curación de contenidos?
R:
Yo no soy catastrofista ni pesimista con esto. He leído algunos hilos en Twitter muy negativos. Hay muchos en contraposición al que te comentaba de Lluís Codina, que cogía una perspectiva positiva. José Alberto García Avilés, por ejemplo, publicó un hilo hace poco sobre cómo va a impactar negativamente la IA en el periodismo. Es una visión muy catastrofista, sobre todo en el sentido de que va a eliminar muchos puestos de trabajo, los retos éticos que conlleva, etc.
Estos dos extremos, optimismo y pesimismo, siempre existen con las disrupciones de este tipo. Yo creo que habrá un poco de todo, y que en algún punto intermedio estaremos.
P: Me gusta tu punto de vista. ¿Crees que debe aprovecharse como herramienta verificadora antes que marcarla como un rival?
R:
Está claro que la IA, en un futuro, va a ser muy potente y de mucha ayuda. Pero el valor que le da la mano humana al contenido, al menos de momento, no lo podrá suplantar nunca.
Acerca del autor
Menorquina graduada en Filosofía en la Universidad de Barcelona, apasionada por el mundo de la cultura, por consumirla y reflexionarla. Estudiando el master de Periodismo digital buscando mi lugar en la comunicación, digital y audiovisual.